martes, 19 de junio de 2012

¡Pequeños placeres!

    
Hoy voy a hablar, de esos pequeños grandes placeres que tenemos el privilegio, de tener y saborear cada día y que cuestan poco o nada...

  Trabajo de cara al público, vendiendo productos de belleza... y ahora que la crisis está instalada en la sociedad y que va a nuestro lado, cómo un triste sombra que no queremos, veo cómo cambian las costumbres de la gente, sobre todo de las mujeres, según las necesidades y circunstancias. Antes, se llevaba "fardar" a ver cuánto tengo yo más que tú, y ahora lo que está bien visto, por necesidad también, es el ahorro. Por las mañanas,  a  la hora del pincho, me entran chicas que se dan  una vuelta por la tienda, y escogen un esmalte de un color subido, pongamos, naranja mandarina, amarillo limón (para seguir con los cítricos) o turquesa cómo el mar en los días soleados. 

    Algo tan simple, y tan barato, (son a 1,49 los más económicos) sube la moral de la secretaria, que teclea con más garbo su teclado con unas uñas alegres, o la chica que trabaja en el kiosco se ve más cool, y chic, con sus uñas verde agua, al darle la vuelta al señor que compra el periódico. Pero es más que eso, ese gesto, dice que nos queremos, que nos seguimos cuidando, que seguimos poniéndole color esperanza a la vida... y que un día, saldrá el arco iris multicolor, en el que caben todos los colores y todas las ilusiones y sueños por cumplir.

   Otro placer entrañable, son las tostadas, o magdalenas y el café del desayuno. Si además va acompañada por un libro, una lectura de una revista, un poco de tiempo para nosotras, para perdernos en otras aventuras, otros países lejanos... es ya un paraíso. Las bibliotecas, funcionan hoy más que nunca. No hace falta gastarse mucho dinero, puedes ir y coger un libro que te recomienden o que tiene buena pinta, puedes devolverlo y coger otro...

   Y puedes pertenecer a un club de lectura, ahora  todas las bibliotecas tienen uno, en el que compartes además de la lectura,un trocito de ti, de tu estilo, de tu manera de ser cuándo opinas sobre el libro que habéis elegido para leer todo a la vez. Yo ya estoy pensando a qué biblioteca me voy a apuntar para tener mi propio club de lectura. Es una manera también de abrirte al mundo, de conocer gente y otras formas de ver la vida, otras formas de vivir... y todo eso, además de los libros, te enriquece cómo persona.

martes, 5 de junio de 2012

Es tiempo de sidras, en Gijón

  Esta foto, tiene su historia. El año pasado, me apunté a un curso online, de fotografía creativa para principiantes. Eramos un grupo muy grande, de unas doscientas personas. La profesora nos enviaba el tema semanal, y luego teníamos que subir una foto. Yo empecé con mal pie, porque la cámara se me averió. Entonces decidí enviar la foto del puerto deportivo de mi ciudad, Gijón, con la cámara del teléfono. La tutora  me dijo que ésa foto estaba hecha con tf. y que no servía, que así no se podía trabajar. Yo había aplicado lo aprendido sobre isos, luces, sol... me fastidió tanto su comentario, hecho en público! ¿Y si yo fuera una alumna que no tuviera acceso a una cámara mejor? Ingenuamente, le expliqué lo sucedido, y arregle la cámara.
  Poco a poco, me fui dando cuenta, el mes que duró el curso, de que allí de principiantes nada  de nada, todos tenían unas cámaras  muuuy profesionales, habían ido a más cursos... casi trabajaban de ello... yo me sentía fatal... Ella comentaba las fotos con mucho cariño... de sus alumnos que le parecían más profesionales,  cómo ella.
  Envíe esta foto... la de una puerta de una sidrería de Gijón. la foto me salió así de pomposa y romántica de casualidad, porque yo entre el trabajo, la casa... no tenía casi tiempo para leer las lecciones que había pagado. Así que de camino al trabajo, me lancé y casi sin pararme, tiré la foto...
Entonces, la fotógrafa y otros alumnos me la alabaron. Me ilusioné, pero la ilusión duró poco porque a la siguiente foto, le pusieron toda clase de pegas, la profe y los alumnos aventajados, me refiero, porque era un " still life", es decir, cómo  un bodegón, improvisado de mi propio desayuno, con mermelada, café, flores... todo muy bonito, con el fondo de cartulina rosa pálido... A mí me parecía que era de lo más artística, pero me la tacharon porque sin querer, había salido con flash, y se pedía sin él.. Los comentarios de la profe, eran duros, no dejaban margen a  la esperanza, no me estimulaban... yo decidí no explicarme ni justificarme. Le envíe esa foto a una amiga, que me dijo que era muy bonita...

  Entonces, decidí no hacer más cursos de fotografía de pago... con personas que sólo alaban a sus mejores alumnos, que ya saben de fotografía mucho y no son amatéurs... Me compré una revista de fotografía, y miro blogs gratuitos de fotografía, y mira por dónde, este año recibo una invitación de la misma fotógrafa, para que haga otro curso... Por supuesto, no le respondí. Ahora, con este blog, siento ganas otra vez de aprender fotografía para subirlas aquí. Estoy orgullosa de mi foto, que representa un poco  a Gijón, con sus calles, sus sidrerías y sus terrazas llenas de gente, que con el buen tiempo, se reunen a la tarde, en torno a unas sidras, para hablar, y comentar el día entre amistades, familiares, amigos...